Nada güey

Nada güey

Nada güey, ¿me puedo corer dentro? Era un hombre maduro y casado, pero a la hora de folar no tenía reparo alguno. Le gustaba sentir su pola bien dura mientras se lo hacía. Tras desnudarse el tío empezó a chupársela sin parar hasta que se puso encima y comenzó a moverse como una pera en celo. Luego cambiaron, y de medio lado siguió metiéndose su verga mientras abría sus piernas para sentirla mejor. Al final se tumbó boca abajo y sintió como entraba dentro de su ano hasta el fondo Folados. Rodando a cuatro patas sin importarle nada

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